
Evidencia 1: Línea del tiempo

Evidencia 2: Línea del tiempo MGEE

Evidencia 3: Análisis del acuerdo 717
El Acuerdo 717 publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 7 de marzo del 2014, contiene los Lineamientos jurídicos para formular los Programas de Gestión Escolar.
El Acuerdo 717 por el que se emiten lineamientos y normas que deben seguir las Autoridades Educativas Locales y Municipales (AELyM) para formular los Programas o acciones de Gestión Escolar destinados a fortalecer la “autonomía” de gestión de las escuelas de educación básica, evidencia que tal autonomía no existe por las siguientes razones: Porque quien generará los programas y acciones de iniciativas, proyectos y estrategias de gestión escolar serán las AELyM, teniendo influencia en las condiciones académicas, en la organización escolar y administrativa.
Los programas y acciones generados, formulados, implementados y ejecutados por la autoridad educativa federal, las locales y municipales representan la columna vertebral de la gestión escolar, en cambio las escuelas de educación básica sólo podrán operar estas decisiones que pueden dificultar la Planeación Anual y la Ruta de Mejora Escolar. Con ello no se privilegia la participación de maestros, estudiantes y padres de familia en la toma de decisiones.
El riesgo de los programas y acciones propuestos a las escuelas (reconocido por el quinto lineamiento) puede ser el sitio de descarga de iniciativas públicas, sociales y privadas que la distraigan y desvíen de los objetivos y metas educativas. Además de propiciar una intromisión de agentes con fines ajenos a la educación.
Las autoridades educativas a través de los programas y acciones ubicarán a la escuela como el centro del sistema educativo lo que implica que se establecerán condiciones para cumplir con la Normalidad Mínima de Operación Escolar con el fin de un mayor control y vigilancia y optimizar los recursos: económicos, materiales, humanos y de los tiempos.
Al optimizar los recursos humanos significa que los maestros no podrán faltar (por problemas de salud, familiares, laborales, o de otra índole); se tendrá un mayor control de plazas como parte de la estructura ocupacional de cada escuela; en tanto, la puntualidad será más estricta. La optimización, eficiencia y eficacia del tiempo frente a grupo genera una autoexigencia por parte de los maestros lo que provoca malestar y dificultades de una atención más humana durante la jornada de trabajo.
De manera contradictoria se menciona que se debe fortalecer la relación de la escuela con su entorno para favorecer la educación integral y por otra parte se prioriza la mejora de las competencias de lectura, escritura y matemáticas como herramientas básicas para que los niños aprendan a aprender.
Sin embargo, estos problemas van más allá de lo educativo, son una consecuencia de la marginación y pobreza extrema cada vez más profunda, producto de la desigualdad social y de la explotación capitalista. Mientras no se transforme este sistema de explotación y miseria, no habrá condiciones justas y dignas para que estudien los niños y jóvenes mexicanos.
Por lo que no basta sólo el compromiso de los profesores y de la comunidad educativa, para evitar las situaciones que incrementen las desigualdades y la exclusión como lo afirma el Acuerdo 717.
El gobierno pretende que aumente la eficiencia terminal de manera automática, ante los altos índices de reprobación, girando ordenes administrativas de no a la reprobación, medida que propicia una mayor deficiencia y crisis educativa.
En lo referente a la inclusión, no se explicita en el Acuerdo 717, aunque se refiere a la escuela inclusiva donde los alumnos con capacidades diferentes estén en escuelas regulares, atendidos por maestros sin ninguna preparación, ni capacitación, con esta medida se tiende a desaparecer Educación Especial. Además existen niños pobres que van a escuelas pobres sin contar con lo mínimo necesario como luz eléctrica, techos y paredes del salón de clases, o tener baños.
¿Por qué después de tantas décadas y reformas educativas, las escuelas siguen con estas carencias? Vinculado a lo anterior, es una lástima que se pretenda asegurar que cada escuela disponga de equipamiento y éste no tenga fines pedagógicos sino para “poder registrar, administrar e informar todos los movimientos e incidencias que se presenten con el personal, alumnos y del plantel, durante el desarrollo del ciclo escolar, en el Sistema de Información y Gestión Educativa”.